jueves, 26 de febrero de 2015

EL PROCESO DE PLANIFICACIÓN DE UNA ECOCIUDAD



En el avance hacia una visión sostenible del urbanismo y el planeamiento, primero se ha de identificar qué errores hemos ido cometiendo a la hora de intervenir en nuestras ciudades. El proyecto ECOCITY ha determinado que, analizando el urbanismo actual  obtendremos una serie de deficiencias, variables según el país europeo, que nos van a dar las claves. 

Estas deficiencias que acompañan a la práctica común del urbanismo que contribuyen a agravar los problemas de la ciudad actual, podrían bien resumirse en tres aspectos fundamentales:

La planificación enfocada desde una perspectiva sectorial. El urbanismo actual divide la ciudad en sectores como unidades aisladas y a la hora de intervenir en ellas se analizan solitariamente y no se pretende encontrar una relación con el todo, con el resto de unidades y con la ciudad. Esto da lugar a la aparición de áreas monofuncionales y poco flexibles ante una realidad que es diversa y cambiante.

El planteamiento centralizado y de arriba abajo hace imposible amoldar la intervención a los deseos y las necesidades reales de los futuros usuarios. Las decisiones sobre nuestras ciudades se toman sin participación de la ciudadanía alguna, esto desaprovecha el conocimiento de los mismos, lo cual es un aspecto negativo.

La ausencia habitual de un procedimiento sistemático  para la monitorización y la evaluación de resultados. Esto supone una gran pérdida de información sobre lo que los resultados provocan, que podría ser valioso a la hora de avanzar tecnológicamente así como en la mejora de las herramientas de planificación.

Por tanto, un desarrollo urbano sostenible ha de luchar contra estas problemáticas sin dejar de lado los objetivos generales de integración económica, ambiental y social. El proyecto ECOCITY se ha preocupado de elaborar una articulación de un nuevo proceso de planificación que abarque estos puntos basándose en la sostenibilidad.

Proponen dar un enfoque integrado de planeamiento. Se trata de abordar cada proceso urbano entendiéndolo como algo complejo, que debe interrelacionarse con los diferentes ámbitos y sectores de la ciudad. Todo ello sin descuidar la especificidad del mismo.

Lo primero que sostienen es que ha de hacerse un análisis multidisciplinar. Es decir, establecer una vinculación directa con los objetivos y criterios de la planificación como definir las funciones de las diferentes disciplinas que intervienen en el proceso. Esta cuestión es enormemente enriquecedora para nuestra visión del urbanismo, ya que en la complementación con otras disciplinas podemos ganar grandes aportaciones hacia la sostenibilidad de la ecociudad. El proyecto ECOCITY estructura este análisis en base a: el contexto, la estructura urbana, el transporte, los flujos de energía y materiales, además de utilizarse modelos alternativos basados en la escala de actuación (territorial, metropolitana o urbana).


Pero además no sólo apuestan por este tipo de análisis, sino que éste tenga carácter iterativo. Es decir, repetido y constante. Así las problemáticas que vayan surgiendo de carácter arbitrario y no planeados sean suplidas y se detecten a tiempo las áreas de la ciudad que necesitan de una regeneración o rehabilitación urbana.

Todas estas herramientas de análisis es realmente fructífero desde una perspectiva multidisciplinar donde la participación representa uno de los elementos más importantes de la planificación sostenible. Ya que cuantos más implicados haya en un proceso urbano, mayor conocimiento se acumulará tanto de las problemáticas como de las soluciones. Es decir, nadie conoce mejor una ciudad que sus habitantes y qué mejor análisis de ella que haciéndoles partícipes a la hora de narrar los defectos que en sus barrios, calles se encuentran (conocimiento). Y por la especificidad de cada sector que tiene sus propios intereses, deseos y necesidades con respecto al lugar donde vive y trabaja (conflicto). No puede ser más que efectivo y práctico que los ciudadanos se involucren en el proceso.


Proyecto ECOCITY apuesta entonces por una planificación sostenible desarrollada de abajo arriba que facilita la implicación de las partes y los grupos interesados desde el primer momento y a lo largo de todo el proceso. Y de nuevo fomenta el proceso iterativo también en la participación. Donde las intervenciones no sean  puntuales sino que continuamente se esté consultando con los habitantes en el proceso urbano.

La parte más importante de la intervención comienza una vez que ha finalizado la fase de ejecución. Es la "hora de la verdad" donde se verifican las hipótesis que hemos llevado a cabo en nuestros proyectos, y donde el factor espontaneidad de los fenómenos imprevistos de todos los aspectos que interfieren aparecen. Para ello, es conveniente realizar una monitorización y evaluación de los resultados tras todo el proceso urbano. Normalmente una vez entregadas las llaves al propietario, los proyectos son "abandonados a su suerte". Y lo cierto es que se pierde una gran cantidad de información debido a esta mala práctica. Si esto sucediera como es debido, los ajustes continuos en respuesta a las necesidades que fuesen surgiendo en la comunidad, los procesos urbanos funcionarían adecuadamente a lo largo de toda su vida. En lugar de ello, nos encontramos con procesos urbanos conflictivos donde la transformación y la obsolescencia generan situaciones bastante críticas.

En cualquier caso, la práctica de un urbanismo sostenible conlleva la incorporación de herramientas de seguimiento, control y evaluación en dos periodos diferentes:
  •  Durante la fase de planificación, es decir, durante la etapa previa a la ejecución.  Basándose en un análisis que integre el contexto local y facilite la conexión entre los objetivos, las medidas aplicadas y los indicadores de evaluación (desarrollados en el proyecto ECOCITY).
  • Durante el uso activo de la realidad construida. Debido a que la realidad a menudo difiere con lo planificado, el análisis ha de basarse en un campo exhaustivo y en la aplicación de metodologías adecuadas de consulta, donde la participación de nuevo desempeña un papel importante.
Nuestras maneras de ver el planeamiento y el urbanismo se quedan obsoletas y contraproducentes. La incorporación de estos conceptos sostenibles en el actual ámbito de urbanismo, debería ser motivo de reflexión y de adopción en nuestros sistemas de planeamiento. Así como la transformación hacia las ecociudades ha de ser un reto inminente. 

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