En el avance hacia
una visión sostenible del urbanismo y el planeamiento, primero se ha de identificar
qué errores hemos ido cometiendo a la hora de intervenir en nuestras ciudades. El
proyecto ECOCITY ha determinado que, analizando el urbanismo actual obtendremos una serie de deficiencias,
variables según el país europeo, que nos van a dar las claves.
Estas deficiencias que acompañan a la práctica común del urbanismo que contribuyen a agravar los problemas de la ciudad actual, podrían bien resumirse en tres aspectos fundamentales:
Estas deficiencias que acompañan a la práctica común del urbanismo que contribuyen a agravar los problemas de la ciudad actual, podrían bien resumirse en tres aspectos fundamentales:
La
planificación enfocada desde una perspectiva sectorial.
El urbanismo actual divide la ciudad en sectores como unidades aisladas y a la
hora de intervenir en ellas se analizan solitariamente y no se pretende
encontrar una relación con el todo, con el resto de unidades y con la ciudad. Esto
da lugar a la aparición de áreas monofuncionales y poco flexibles ante una
realidad que es diversa y cambiante.
El
planteamiento centralizado y de arriba abajo hace
imposible amoldar la intervención a los deseos y las necesidades reales de los futuros
usuarios. Las decisiones sobre nuestras ciudades se toman sin participación de
la ciudadanía alguna, esto desaprovecha el conocimiento de los mismos, lo cual
es un aspecto negativo.
La
ausencia habitual de un procedimiento sistemático para la monitorización y la evaluación de
resultados. Esto supone una gran
pérdida de información sobre lo que los resultados provocan, que podría ser
valioso a la hora de avanzar tecnológicamente así como en la mejora de las herramientas de
planificación.
Por tanto, un
desarrollo urbano sostenible ha de luchar contra estas problemáticas sin dejar
de lado los objetivos generales de integración económica, ambiental y social.
El proyecto ECOCITY se ha preocupado de elaborar una articulación de un nuevo
proceso de planificación que abarque estos puntos basándose en la sostenibilidad.
Proponen dar un enfoque integrado de planeamiento. Se
trata de abordar cada proceso urbano entendiéndolo como algo complejo, que debe
interrelacionarse con los diferentes ámbitos y sectores de la ciudad. Todo ello
sin descuidar la especificidad del mismo.
Lo primero que
sostienen es que ha de hacerse un análisis
multidisciplinar. Es decir, establecer una vinculación directa con los
objetivos y criterios de la planificación como definir las funciones de las
diferentes disciplinas que intervienen en el proceso. Esta cuestión es
enormemente enriquecedora para nuestra visión del urbanismo, ya que en la
complementación con otras disciplinas podemos ganar grandes aportaciones hacia
la sostenibilidad de la ecociudad. El proyecto ECOCITY estructura este análisis
en base a: el contexto, la estructura urbana, el transporte, los flujos de
energía y materiales, además de utilizarse modelos alternativos basados en la
escala de actuación (territorial, metropolitana o urbana).
Pero además no sólo
apuestan por este tipo de análisis, sino que éste tenga carácter iterativo. Es
decir, repetido y constante. Así las problemáticas que vayan surgiendo de
carácter arbitrario y no planeados sean suplidas y se detecten a tiempo las
áreas de la ciudad que necesitan de una regeneración o rehabilitación urbana.
Todas estas
herramientas de análisis es realmente fructífero desde una perspectiva
multidisciplinar donde la participación representa
uno de los elementos más importantes de la planificación sostenible. Ya que
cuantos más implicados haya en un proceso urbano, mayor conocimiento se
acumulará tanto de las problemáticas como de las soluciones. Es decir, nadie
conoce mejor una ciudad que sus habitantes y qué mejor análisis de ella que
haciéndoles partícipes a la hora de narrar los defectos que en sus barrios,
calles se encuentran (conocimiento). Y
por la especificidad de cada sector que tiene sus propios intereses, deseos y
necesidades con respecto al lugar donde vive y trabaja (conflicto). No puede ser más que efectivo y práctico que los
ciudadanos se involucren en el proceso.
Proyecto ECOCITY
apuesta entonces por una planificación sostenible desarrollada de abajo arriba
que facilita la implicación de las partes y los grupos interesados desde el
primer momento y a lo largo de todo el proceso. Y de nuevo fomenta el proceso
iterativo también en la participación. Donde las intervenciones no sean puntuales
sino que continuamente se esté consultando con los habitantes en el proceso
urbano.
La parte más
importante de la intervención comienza una vez que ha finalizado la fase de
ejecución. Es la "hora de la verdad" donde se verifican las hipótesis
que hemos llevado a cabo en nuestros proyectos, y donde el factor espontaneidad
de los fenómenos imprevistos de todos los aspectos que interfieren aparecen.
Para ello, es conveniente realizar una monitorización
y evaluación de los resultados tras todo el proceso urbano. Normalmente una
vez entregadas las llaves al propietario, los proyectos
son "abandonados a su suerte". Y lo cierto es que se pierde una gran
cantidad de información debido a esta mala práctica. Si esto sucediera como es
debido, los ajustes continuos en respuesta a las necesidades que fuesen
surgiendo en la comunidad, los procesos urbanos funcionarían adecuadamente a lo
largo de toda su vida. En lugar de ello, nos encontramos con procesos urbanos
conflictivos donde la transformación y la obsolescencia generan situaciones
bastante críticas.
En cualquier caso,
la práctica de un urbanismo sostenible conlleva la incorporación de
herramientas de seguimiento, control y evaluación en dos periodos diferentes:
- Durante la fase de planificación, es
decir, durante la etapa previa a la ejecución.
Basándose en un análisis que integre el contexto local y facilite la
conexión entre los objetivos, las medidas aplicadas y los indicadores de
evaluación (desarrollados en el proyecto ECOCITY).
- Durante el uso activo de la realidad construida. Debido a que la realidad a menudo difiere con lo planificado, el análisis ha de basarse en un campo exhaustivo y en la aplicación de metodologías adecuadas de consulta, donde la participación de nuevo desempeña un papel importante.
Nuestras maneras de
ver el planeamiento y el urbanismo se quedan obsoletas y contraproducentes. La
incorporación de estos conceptos sostenibles en el actual ámbito de urbanismo,
debería ser motivo de reflexión y de adopción en nuestros sistemas de
planeamiento. Así como la transformación hacia las ecociudades ha de ser un reto
inminente.
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