Publicado en 1990, el Contrato Natural Micheal
Serres habla de la filosofia del derecho. Propone añadir al contrato social un
nuevo contrato, uno natural. Lo mismo que existen los derechos humanos (siendo
uno de los mayores logros de la humanidad) deberían existir los derechos del
planeta.
Se propone como objetivo último
el descubrimiento de un lugar tercero, difícil de descubrir, cambiante sin duda
en cada época, de donde se puede ver la razón científica y la razón jurídica,
las leyes del mundo físico y las leyes políticas de los colectivos humanos, las
reglas de la Naturaleza y las reglas de los Contratos. Nos pone muchos
interrogativos pero que parten desde uno: ¿que pasa despues la muerte?
Nosotros
habemos cociencia de nuestra propia muerte y de la de alguien al que amamos,
pero hay una tercera que naciò al final de la segunda guerra mundial: la muerte
global, la muerte de la humanidad. Esta puede llegar o de repentemente por
causa de un evento natural o nuclear; o más lenta, que derivará quizás de
nuestras acciones propias, que dependen exclusivamente de nosotros, y debe
contribuir a reorientarla; esta eventualidad atormenta y define nuestras
preocupaciones: ¿que vamos hacer? Hay que prever un contrato.
Nuestra
vida depende de con-vivir juntos y comportarse globalmente por encima de la
Tierra vista como una entidad. Calcando los siglos de la modernidad, Serres
examina los origenes y las posibilidades de un contrato natural a travès de una
meditaciòn sobre las bases de las leyes y de la ciencia. Sigue diciendo que la
ciencia nos libra de los opresivos limites de la sociedad existente y que la
nueva legislaciòn natural debe llevar ciencia y ley en un justo equilibrio.
Serres nos
recuerda que los recursos se agotan, con especial mención a los combustibles
fósiles, de los que depende ahora mismo el sistema económico global; el acceso
al agua cada vez se complica más. Química ecológica, industrias con cero
desperdicios, ciclos de producción cerrada, desarrollo de energías renovables,
protección de bosques, evitar la desaparición de gran cantidad de especies y
la destrucción de paisajes naturales, no deberían ser utopías, necesitamos que sean
realidades.
Serres
termina su reflexiòn repetendo la historia del contrato natural con una serie
de parabolas: ve humanidade como una astronave que gracias a la ciencia y la
tecnologia deja su raiz y encuentra un network de relaciones siempre mas fuerte
pegandose a un mundo y luego otro mundo. Serres nos dive que comprendendo y
viviendo el legame de violencia y amor que junta nuestro percurso en el espacio
hacìa la astronave Madre Tierra. Como si la humanidad y el planeta
fuéramos una totalidad compleja
físico-biológica-andrológica, viajando juntos por el espacio.
Tenemos que
proteger la Madre Tierra prácticamente igual que cuando protegemos un parque o
una reserva natural, la única diferencia está en el tamaño, ahora sería todo el
planeta el que debiera ser protegido y defendido. Esto significa un cambio de
mentalidad, donde el ser humano no es el centre del universo con derecho de
todo, sino que vive y meor con-vive sobre un planeta del que el es parte misma.
Ya no es el dueño.
Se debe
entender la naturaleza como un regalo y no como algo que está a expensas de
nuestros deseos.
Bibliografìa:
MICHEL
SERRES, El contrato natural. Pre-Textos: Valencia 1999.
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