La tierra necesita un cambio. Esa es una afirmación que
ahora, 15 años adentro del siglo XXI, nos parece evidente. Sin embargo no fue
hasta hace unos años cuando se empezó a tomar conciencia de este hecho. En este
libro, del que sólo comentaremos la parte de introducción al problema, se dejan
patentes los motivos por los cuales el cambio es necesario urgentemente.
Desde la conciencia global debemos tomar la determinación de
cambiar el capitalismo individualista
por una distribución de la riqueza más equitativa. El problema de todo
reside en la percepción que la gente tiene de avance: Avance en el mundo
capitalista es crecimiento. Pero, ¿no sería más justo y razonable pensar en
avance como cambio? Pensar en el ser humano como familia residente del ecosistema
planeta quizá fuera la solución a nuestro egoísmo consumista.
El crecimiento económico se basa en la constante aportación
de recursos naturales al tejido industrial, motivado por el implacable poder
que la bolsa tiene sobre la supervivencia de las empresas la cual siempre es
impulsora del crecimiento como supervivencia de la bancarrota. Esa esquilmación
de los recursos y la destrucción de los ecosistemas son los heraldos de la
desigualdad entre continentes, ya que las fuentes de recursos naturales se
encuentran principalmente en el mundo subdesarrollado.
Pero ¿Cuánto puede crecer la economía de forma constante? Si
el sur consumiera de la misma manera que los países desarrollados, algo a lo
que tienen derecho como mejora de la calidad de vida de los seres humanos, el
aumento de consumo de los combustibles fósiles se multiplicaría por diez, los
recursos minerales por doscientos por poner un ejemplo. Y no nos olvidemos de
que el 20% de la población mundial no dispone de agua potable corriente, que se
necesitaría de los ecosistemas circundantes a las poblaciones y de la creación
de embalses. Entonces entendemos que el crecimiento económico se hace mediante
la incorporación de los recursos ambientales al tejido industrial, como dijimos
antes, lo que nos permite calcular de manera intuitiva el límite físico de este
crecimiento ilimitado en un planeta finito. Consumimos 1/4 de los recursos
primarios globales netos, los cuales son proporcionados por la naturaleza a
través de la fotosíntesis (entendemos que los productos cárnicos finalmente
necesitan km2 de terreno para alimentarse y que los recursos minerales
simplemente no son sostenibles porque no hay una renovación de los mismos) Por
lo tanto las posibilidades de crecimiento se limitan a 4 veces el actual, hasta
que se ponga en el tejido el 100% de los recursos globales. ¿Y entonces qué?
¿Será ahí donde nos daremos cuenta de que el crecimiento tiene límites?
¿Condenaremos al tercer mundo a un eterno subdesarrollo?
Lo que está claro es que el término Crecimiento Sostenible
es una falacia, un oxímoron. Debemos optar por el Desarrollo Sostenible que sea
capaz de garantizar la satisfacción de las necesidades de las generaciones
futuras.
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