En el estudio que realiza
Salvador rueda en su libro “El urbanismo ecológico” sobre los ecosistemas
urbanos, clasifica estos ecosistemas humanos según lo que él llama restrictores
de comportamiento que definen lo que se puede y no se puede hacer en estos
espacios, de esta forma una sala de conferencias es distinguible de un comedor
porque en ella existe la restricción de esa acción en particular, pero no
porque el espacio formalmente tenga vocación de serlo.
Estos restrictores los engloba en
dos grandes grupos, los que aportan eficiencia al conjunto del sistema y los
que lo hacen habitable. De esta forma, el análisis de cualquier barrio o ciudad
podría ejecutarse mediante estos indicadores definidos por Salvador Rueda, en
el que contempla aspectos que van desde la movilidad urbana hasta la compacidad
y complejidad del caso de estudio, en este caso un centro histórico.
La intención final es llegar a la
reactivación total del barrio a través de estrategias de corto, medio y largo
plazo, aumentando en cada etapa de la planificación la complejidad e intensidad
de las actuaciones sobre el centro histórico. Así, se plantea a partir de una
primera iniciativa de bajo coste y mínimos recursos derivada del estudio de una
situación particular en el casco norte de Sevilla, el Mercadillo del Jueves en
la calle Feria, la introducción de dispositivos de creación de actividad,
siendo un primer proyecto el diseño de esos dispositivos que serían piezas que
permitieran el intercambio de productos como puntos de recogida en el centro
histórico durante la mayor parte del tiempo y en determinados momentos podrían
formar parte de una instalación mayor de compraventa de materiales de segunda
mano.
Mediante la creación de un
calendario en el que se organizasen acciones de este tipo en las zonas
degradadas con posibilidad de acoger estos actos se pretende crear una
conciencia sobre el lugar diferente a la que actualmente existe y resignificar
el centro, poniendo de manifiesto y a la vista de la población la principal
problemática del casco histórico.
El siguiente paso sería la
asociación a estos lugares que han adquirido un significado de pertenencia una
serie de locales comerciales y zonas de reunión para el barrio, de tal forma
que la recuperación pudiese cimentar sobre una estructura sólida donde podrían
organizarse actos de carácter cultural y de ocio representativos en Jerez.
Resulta interesante estudiar el
concepto base de este mercadillo tradicional, que parte del intercambio de
basura, o de lo que acostumbramos a llamar de esta forma, es decir, de
productos que ya no nos son útiles y que normalmente desechamos y mediante este
hecho se resignifica y se vuelve a poner en valor para que otros puedan
reciclarlos. Aquí se intercambian objetos y productos de segunda mano,
antigüedades e incluso objetos de coleccionismo.
El desarrollo de esta iniciativa
se produciría a través de la obtención de permisos por parte del ayuntamiento
para colocar estos puestos y posibilitar el corte de determinadas calles en reducidas
franjas horarias como ocurre en Sevilla, donde los encargados de los puestos,
deben abonar una cantidad de 10 euros mensuales para colocar su puesto todos
los jueves en la calle Feria. También el desarrollo de una plataforma virtual
donde se puedan gestionar el intercambio online de productos de segunda mano,
pero asociado a un carácter de barrio y a una infraestructura física definida
por los puntos de intercambio.
Bibliografía:
- Las tres ecologías - Félix Guattari
- El urbanismo ecológico - Salvador Rueda
No hay comentarios:
Publicar un comentario